El fin de este proyecto es lograr un mejor control de animales en la isla, que evidentemente, no tenemos. Como muestra de esto tenemos a los cientos y cientos de animales en las carreteras, barrios, plazas, y otras áreas públicas abandonados, y a veces atropellados. Nuestras mascotas solo nos tienen a nosotros, sus dueños y como tal, ellos dependen totalmente de nosotros. Reafirmando lo antes dicho, ya es hora de detener la injusticia con las mascotas abandonadas y/o abusadas. De cierta manera, estamos contribuyendo a una mejor sociedad, a un mejor Puerto Rico.

   Hasta hace una década, perder a nuestra mascota significaba no tener medios para poder determinar  dónde buscarla. La mayoría de las veces, la inevitable pérdida y las acciones emprendidas para tratar de localizarlo, eran en vano. Sólo podíamos confiar, en algunos casos, en que la placa de identificación pendiente de su collar no se hubiese extraviado, o que, guiado por su instinto apareciera  en nuestra puerta.   En hora buena,  los microchips vinieron a solucionar el problema. Basta con sólo la implantación del mismo en nuestra mascota (mediante una  aplicación indolora) a través de una simple vacuna, para asegurarnos su identificación en el tiempo.   El microchip es una cápsula pequeña del tamaño de un grano de arroz que se inyecta subcutáneamente en perros o gatos, debajo de la piel a la altura del hombro. Los médicos veterinarios y autoridades correspondientes al contar con un lector especial para leer los números asignados al microchip pueden, en  caso de extraviada la mascota, acudir a un punto que cuente con  los lectores apropiados, para  obtener los datos de información de su dueño  u otros asociados a este número, y así facilitar el regreso de la mascota a su hogar.  Para ello es necesario que los datos estén registrados en una base de datos confiable, que nos entreguen la información veraz y oportuna de la asociación que se haga junto al número de identificación que esté asociado al microchip al momento de su registro. 

    El microchip es permanente, no se puede remover o alterar, de esta manera se facilita la devolución a su dueño en caso de extravíos y se disminuye la cantidad de abandonos o robos. Este microchip puede ser implantado en perros, gatos, equinos y animales exóticos. Además cuenta con un NÚMERO ÚNICO, que se puede asociar a la identidad del animal y/o propietario en una  BASE DE DATOS al  momento de su implante, permitiendo  así coordinar  su búsqueda, ante la posibilidad de un hurto o huída del animal. Es también posible entregar información de su historial clínico, tales como enfermedades y/o tratamientos, contribuyendo de esta manera al bienestar de la mascota  al ser encontrada y se ubica a su  propietario. Es de suma importancia que el microchip tenga la aprobación de ISO y sea uno que pueda ser leído a nivel internacional. Esto es debido a que no hay microchip aprobado por ISO la agencia reguladora que certifica la calidad del microchip y que este no emigre por el cuerpo del animal causando otros problemas en la salud y la lectura del mismo. En el mercado hay microchips que no son aceptados ni se pueden leer por diferentes scanner o lectores. El microchip a usarse debe ser leído por cualquier ‘scanner’ y el ‘scanner’ aprobado por el estado debe leer cualquier microchip. Con esto nos aseguramos que si la persona viaja a otra jurisdicción que no sea Estados Unidos, Canadá o México ese microchip sea aceptado a nivel mundial. Con esto nos aseguramos si el mascota sale de Puerto Rico por hurto haya una posibilidad de poder localizarlo en otra jurisdicción.